(Mañana ha sido hoy tan de repente)

raro es que la verdad, mediante publicidad


28x022007
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"¿Sabes lo que te pasará si no vives la vida intensamente?
Nada."

(Slogan publicitario de la cerveza Guiness)



(Claro que más que intensidad, yo diría plenitud. Hala. Me voy a la calle. Lo mismo no vengo a dormir esta noche.)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

por una náusea parecida Sartre se puso supertriste


27m022007
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Cuando doy a beber el agua de mi boca,
se les quita esa sed
pero les entra otra,
beben de un agua que jamás probaron
y les entra un ansia que las vuelve locas.

De nada sirve que trate de advertirles
sobre los peligros del agua de mi boca,
ellas beben y se les quita esa sed,
pero les entra otra,
para la que sólo les sirve
el agua de mi boca.

Y porque les aviso no soy traidor,
pero eso qué importa,
qué importa si las veo sufrir
con esa ansia que las vuelve locas,
más valiera no haberles dado de beber
del agua que mana de mi boca
y que se quedaran con sed.

Con sed, con esta sed que no me sacia
el desierto baldío de sus bocas.






(Dos flores. Menudo arrebato de optimismo. Me podría pasar así toda la vida. Sediento.)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

ni pepito ni grillo, que no pasa nada si no soy lo que tú buscas


21j022007
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La yema de los dedos, la punta de la lengua, cosas pequeñas que apenas tienen el tamaño de un guisante, capaces de provocarte algo tan grande, como sentirse de pronto parte de la vida, y sin preguntas.

Pero luego hay que bajar, hay que vestirse, hay que fingir y soportar llevar corazas para poder sobrevivir en el ambiente enrarecido del miedo y de las medias verdades.
Al mundo donde la renuncia sacralizada tiene sentido, donde uno siente a veces que deja pasar la vida, y acepta resignado que ese es el signo de los hombres. Donde crecer es renunciar a los sueños. Y ser adulto dejar de aprender. Y jugar una cosa de niños. Y la tristeza no merece consuelo. Donde todo es aceptar con estoicismo los reveses irremediables de la vida, y aceptar las cadenas como todos, a cambio de una cierta estabilidad para mañana, un plato de espaguettis con tomate, un transcurrir en un estado semoviente.

Yo no digo que esté mal, que hay tardes buenas, momentos de placidez donde todo transcurre con bonanza, placeres sencillos, semanas de vacaciones, estrenar zapatos. Un amigo que se acuerda de tu cumpleaños, una película con palomitas. Un par de orgasmos por semana.

De verdad. No digo que esté mal. Pero eso es luego. Luego. Cuando se baja, cuando hay que vestirse y que fingir y que soportar corazas.

Ahora es el tiempo en el que juego con guisantes.
La yema de los dedos.
La punta de la lengua.




(no tengo todo lo que anhelo, pero soy dueño de todo cuanto necesito)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

sanseacabó, patrón de los decididos


19l022007
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Hola mi amor, muy buenos días,
he estado soñando en ti toda la noche,
he estado presente en ti toda la vida,
cuando Platón hablaba de naranjas,
cuando la gente hablaba de caras y monedas,
cuando el Ying llamaba al Yang,
cuando Heráclito el oscuro se encendía,
cando oímos crujir el corazón en los atardeceres
o en los amaneceres
viendo como se besan el día con la noche,
es de ti y de mí de quien hablan.

Yo sé que creías que no existo y mira,
te estoy escribiendo.

Porque creo que ya es hora de que hablemos
de que te cuente lo que hacer con las cartas
que la vida nos reparte.
Y que hay que jugar hay que jugar,
pero a otro juego.
Porque este juego que nos habían enseñado
es absurdo y aburrido.
Y sobre todo difícil desde que alguien dijo
que se podía hacer trampas,
que se podían robar cartas a otros jugadores,
que con tal de ganar todo valía.
Es tan tonto jugar así.
Tan imposible.

Así que no desesperes. Ya no más. Ya estoy viniendo.
Con la mochila llena de caricias.
Que he aprendido un juego que se juega
con las cartas que la vida te reparte.
Que es divertido y hermoso.
Y cuando pierdes no duele.





(La sorprendente resurrección del melancólico chico Ostra)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

si ves a godot le dices que me cansé de esperarle


18d022007
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—¡Áaaaaaaaan! Joder. ¡Áaaaaaaaan! ¡¿Dónde te has metido?!
—¿Qué pasa Sú? ¿Por qué gritas tanto?
—La puerta, Án, la puerta. ¿No tenías qué estar vigilando? ¿¡Qué coño estabas haciendo, Án!?.
—¿De qué puerta me estás hablando, Sú?
—De LA puerta Án, de la puerta.
—¿Y qué pasa con la puerta?
—Que la ha descubierto.
—¿Cómo que la ha descubierto? Eso es imposible, Sú. Eso es imposible. ¿Estás seguro?
—Tan seguro como de que te tocaba a ti vigilar, Án. ¿Qué estab…? Noooo. No me jodas, Án. Dime que otra vez no.
—Pero es que no podía descubrir la puerta, eso era imposible Sú. Tú lo dijiste.
—Mierda mierda mierda mierda mierda mierda mierda, Án. Mierda. Tenemos un problema.
—Lo siento, Sú. Es que no puedo evitarlo...
—Ahora ya da igual, Án. Ya hablaremos de eso luego. Ahora tenemos un problema.
—¿Estás seguro de que la ha descubierto?
—Que sí, Án que sí.
—¿Y cómo lo sabes?
—Porque le he visto.
—¡¡¡¡¡¡¿Dentro?!!!!!!
—No. Al lado.
—¿Cómo al lado, Sú?
—Justo al lado, sentado contra la pared, y la puerta a su lado, con las muñecas en las rodillas y mirando al vacío. Con esa luz en los ojos Án. Y murmurando: pero qué cabrones, pero qué cabrones más listos.
—Pero aún así. ¿Cómo ha podido descubrirla? Es imposible. Es como ver un agujero negro, Sú, no es que la escondiéramos bien es que literalmente la hicimos desaparecer. ¿Cómo ha podido descubrirla entonces, Sú? Al menos que tú…
— …
—Ajá. Muy interesante, Sú, muy interesante… Así que tú estab…
—Ahora no, Án. Ahora no. Ahora tenemos un problema. Y hay que pensar algo.
—¿Tú crees que ha entrado?
—No creo. Simplemente la ha visto. Joder. Sólo fue un instante, Án. Te lo juro. Una puta debilidad, entiendes, yo no soy así. Y la culpa es vuestra, joder. La culpa es vuestra.
—Vaya, vaya. El gran Sú. Hacía tiempo ¿eh, viejo?.
—Demasiado. Án. Demasiado. ¿Dieciocho años?
—Por ahí. Bueno. Si lo piensas hasta tiene sentido. Tantos símbolos ¿no? Tenía que pasar Sú. ¿Qué crees que hará ahora? ¿Volverá a entrar?
—Lo va a hacer, Án. Va a entrar.
—¿Y qué crees que pasará?
—A lo mejor nada. Sólo que ahora en vez de andar perdido en la oscuridad andará perdido en la luz.
—Ya, pero por cuanto tiempo. Basta que cultive dos flores, sólo dos. Y tú y yo estaremos perdidos, querido.
—Tal vez no del todo, Án. Tal vez no del todo.
—No podemos hacer lo de la última vez. No serviría. Sabe que estaba encerrado por nuestra culpa.
—Bueno, pero todavía podemos confiar, Án. Las flores tienen espinas. Y siempre podemos llamarla a ella.
—No te dejaré Sú. No lo estás diciendo en serio. Joder, Sú.
—¿Pero es que no ves que la cosa está jodida, Án?
—¿Y si nos sorprende?
—¿Cómo si nos sorprende? ¿A qué te refieres?
—En que a lo mejor tiene un plan.
—¿Un plan?
—Bueno, no un plan. El plan.
—Las ganas que tú tienes. Anda ya, Án. Que una cosa es que haya encontrado la puerta y otra que tenga el plan.
—Yo sólo digo qué…
—Memeces. Sólo dices memeces, Án.
—Pero déjame terminar, si me dej…
— Te equivocas, pequeño saltamontes, y además me la suda. Le dijo el maestro Zen en plan borde a su discípulo, con la suficiencia que dota la iluminación del Tao eterno.
—Ya estamos, Sú. Es importante, déjame hablar.
—Ahora no es el momento, Án. Ahora no es el momento.
—¿Ah no? Pues mira lo que está haciendo.
—Qué cabrón. ¿Está rezando?
—Está rezando, Sú. Está rezando.
—Jooooder. No sé qué me da más miedo, Án. Ya no sé lo que me da más miedo.






(pero qué cabrones más listos)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

quosque tandem?


16v022007
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El tiempo es oro y no estamos para largas discusiones que nos llevan a callejones sin salida y en los que no vamos a sacar nada en claro. Usted está aquí para dar peras por mis santos atributos, ¿entiende? No me venga con gilipolleces. Le pedí peras, sr. Olmo, y usted no me las dio. A los hechos me remito. Diga lo que quiera. Usted no nos dio peras. No lo niegue. No nos dio ni una sola pera así que argumente lo que quiera, ya está condenado, sr. Olmo: usted es un hijo de la gran puta. Malísima persona, que lo sepa. Váyase de mi vista. No se puede confiar en usted. Personas como usted son la lacra de esta sociedad. Parásito. Lárguese. No lo quiero ni ver.





(Se me acusó de defender a los hijosdeputa. Se me declaró culpable. Me retiraron el saludo. El servicio estaba ocupado con gente llorando. Así que nada. Buscaré las gotas de aceite que floten solas entre tanta agua turbia)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

¡que les corten la cabeza!


15j022007
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Eres asquerosamente comprensivo me dicen. No todo el mundo es happy-guay ni vivimos en los mundos de Yuppi, me increpan. Hay gente mala, ¿sabes? Me escupen.

Yo no les entiendo. No entiendo que les reporte ningún beneficio pensar así. Me resulta verdaderamente complicado entender cómo solucionar un conflicto por el camino del odio, del rencor, de la venganza.

Me pasan como apisonadoras por encima: es que no hay que ser tan positivo, tío, que la vida no es de color de rosa.

Déjales, pienso; están cansados, heridos, asustados, faltos de amor.

Y entonces me alejo.

A encerrarme a llorar en el servicio.



(Amor nuestro que estás en la tierra / santificado sea tu nombre / venga a nosotros tu reino / y hágase en tu voluntad / también la nuestra. / Sacia nuestro hambre hoy / como haces cada día. / Perdona nuestras ausencias / como también nosotros perdonamos a los que se ausentan, / no nos dejes caer en la inconsciencia, /
y libranos de todo mal, / como haces siempre.)


(Mañana ha sido hoy tan de repente)

que dice cupido que lo saques del armario


14x022007
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En estos momentos debería estar haciéndote el amor. En vez de eso estoy escribiendo un post. Luego algo estoy haciendo mal. De eso no hay duda.

Claro que tú también deberías estar haciéndome el amor en vez de eso que estés haciendo. Así que a lo mejor tú también te equivocas. Salvo que lo que estés haciendo es el amor con otro. Pero no. Estás leyendo este post.

No deberías.

Deberías estar haciendo el amor. Conmigo o con cualquier otro. Mejor conmigo. Pero también cualquier otro.

Hoy todo el mundo debería estar haciendo el amor. Y que el Corte Inglés cerrara sus puertas. Y que nadie se acordara de Conchita Velasco.




(lo digo en broma, pero lo pienso en serio)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

raro; no digo diferente, digo raro


13m022007
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Te pondré a temblar y no me importan todas esas cosas que crees que sabes de los hombres, su falta total de compromiso, su interés venéreo sobre todas las cosas, su inutilidad manifiesta para manejarse solos por el mundo, su falta de sensibilidad, su interés codicioso, su falsedad y su violencia.

Te pondré a temblar desde los pies a la cabeza y un terremoto te recorerá por dentro. A cada sacudida te sentirás morir y nacer al mismo tiempo, y lo entenderás todo de pronto. Más me vale.

Te pondré a temblar y más me vale que sea suficiente para tirarte las paredes de los ojos, y olvides de repente todas esas cosas que crees que sabes de los hombres y que no me importan, porque son mentira, porque nada dicen de este hambre que crece y que me crece, de esta luz donde esperabas sombra.

Porque no existe el tiempo de enseñarte a beber de las fuentes que manan del instante. Porque no sé si es un don o si se aprende a vivir con el tesoro impagable del ahora. Y quizá cuando te des cuenta no te importe que yo le esté haciendo temblar a otra. Tú no vuelvas a llenar tus ojos de paredes.





(el título es de fito, el lamento es mío)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

las circunstancias me impiden ser yo mismo


12l022007
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Para estar listo habría de extirparme la conciencia
grumo sucio
tumor cancerígeno de culpa
que envenena las caricias
con un sentir estrafalario

si habéis de etiquetarme
ponedme un nombre que no sepa a frontera
llamadme
bisexual polígamo persona
y dejadme parar de vez en cuando
a tomar aire
a estirar mi espíritu encogido

(porque)

mi espíritu encogido se expande
como no puede evitar hacerlo el universo
poco a poco define un punto en el continuo
donde no se puede transcurrir sin desnudarse:
"ven, enciende las luces, que nos vean;
hagamos el amor: ahora"





(porque tal vez llegó el momento de romper los círculos)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

tenemos que hablar


11d022007
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Existe para certeza del que ignora, y su razón de ser es corazón de zanahoria, trampantojo para que el burro siga tirando de su carga; su fulgor es el wolframio encendido que atrae a las polillas, pulpa de tungsteno incandescente rodeada de una membrana transparente de mentiras que raspan los ojos hasta dejarlos ciegos y no poder ya ver más nada; está como costumbre instalada en mi vecino, en el que era mi amigo, en el que me vende el periódico que nunca lee y que tampoco entiende y que no le importa. Está por todas partes. Es como un dios omnipresente, y como a un dios le rezan, como a un dios le temen, como a un dios le obedecen con fervor violento, ebrios de fe, seguros de la salvación segura por su dedo.

Y mejor que sea así, cierra los ojos. Piérdete todo lo que la luz te ciega, no pienses nada oscuro como estrellas, como velas encendidas en una habitación, como dos que se aman, a pesar de todo, a pesar de dios, de la historia y de los hombres.




(-¿Tú crees que esta vez le va a funcionar, Sú?
-Como las otras veces, Án. Como las otras veces. Pero mientras vuelva a tener planes que me incluyen y me incumben, mientras le veo sacudirse las plumas y sobre todo no tomarse nada demasiado en serio, tampoco importa mucho lo que encuentre, porque estará bien, y de paso tú y yo también sonreiremos.
-No he entendido nada de lo que has dicho, Sú.
-Que sí Án, que sí.)


(Mañana ha sido hoy tan de repente)

lo que me pasa no es malo


09v022007
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Yo sé que es mentira; una falsa percepción de uno mismo que se deba probablemente a una disminución de las betaendorfinas en el plasma, o cualquier otro proceso químico que en mi organismo me produce estas sensaciones hondas de tristeza, esta falta de ganas para todo, hasta para escribir.

Yo sé que se debe a ciertos ciclos porque uno lleva conviviendo toda la vida con estas oleadas. Dejo que pase. Sufro lo justo para no parecer idiota y trato de no fingir, de no buscar justificaciones para nadie. Porque no tengo explicaciones reales para este hueco en el pecho, la vida me sonríe. Es cierto. Tan solo que ahora me falta el entusiasmo para devolverle la sonrisa y cuesta un mundo lo que ayer se hacía con alegría.

Todo es perfectamente natural, cuestión de sinapsis neuronales, de vitaminas y aminoácidos, pura química: mi cerebro es tan así como el de mucha gente. Y aunque estuvieras aquí ahora me sentiría igual de triste aunque probablemente si estuvieras aquí daría otras razones que nada tienen que ver con procesos inconscientes.

Pero como no estás aquí diré que es porque me faltas.
Y porque no sé quién eres.


(-No digas nada, Sú. Por favor. No digas nada.
-No digo nada, Án. No digo nada.)


(Mañana ha sido hoy tan de repente)

pero quién me creo que soy


08j022007
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"Chuang-Tzu soñó que era una mariposa y no supo al despertar, si era Chuang-Tzu que había soñado que era una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser Chuang-Tzu."

Y todo esto porque cada vez que se pone a llover,
se me mojan los planes.



(Se lo leí recogido a Borges. Y lo cito de memoria.)

(Mañana ha sido hoy tan de repente)

me lo prometiste


07xo2207
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No cambiaremos nada. Me dijeron. Yo me fié porque a ver qué remedio. Luego pinté las paredes de nuevo. Porque cambiaron cosas. No debería extrañarme. Todo el mundo promete cosas que no puede cumplir. Yo una vez le prometí a una novia la luna. Ando en ello. Pero no la he cumplido. Todavía.

En cualquier caso nadie cumple sus promesas. Generalizar es ser idiota, ya lo sé. Yo soy idiota. Y sobre todo soy un idiota que se aburre mucho. En realidad no es que me aburra. Es que no me divierto con las diversiones que me brindan los que no cumplen promesas.

Son tantos. Y tontos.

Tantos tontos y encima ahora quieren que vaya por ahí con etiquetas.
Pues voy a aprovecharlo, mira.





(-¡Eh! ¡Tú! Juntapalabras, déjate ya de tanto cripticismo que se te nota el hedor en la entrelínea. ¿Sabes lo que me hace más gracia? Que te estás convirtiendo en aquello que prometiste no convertirte. Pringao. Dile algo Án, que anda otra vez escudándose en la metáfora.
-Déjale Sú. Tiene hambre de primavera, igual que tú. ¿No ves que la están peinando? Confía en él. O no te ha sorprendido últimamente.
-Vale. Pues que se dé prisita, Án.
-Ya tiene encargada la máquina del tiempo que funciona con monedas, Sú.
-Si serás idiota... ¿cómo te quiero tanto siendo como eres tan idiota, Án?
-Porque eres sabio. Y yo muy guapo.
-Te veo muy contento últimamente. ¿Hay algo que no me has contado?
-La primavera, Sú. La primavera. ¿No la oyes?
-No.
-Pues escúchala, Sú. Escúchala. Que viene)


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(Mañana ha sido hoy tan de repente)

cante, cante usted caballero, como si fuera tonto


05l022007
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Me dijo: yo no tengo alas pero puedo hacer todo lo que tú haces con ellas. Entonces yo abrí mucho los ojos, y un poco desconcertado le dije que eso era imposible. Que sí que sí, insistía, y yo que bueno, si tú lo dices enséñamelo, y daba saltitos por la habitación con muchos colores y tirando mucho confetti y serpentinas y canturreando mientras decía ¿ves? ¿ves? ¿ves? Y yo veía y no sabía si llorar de rabia o llorar de pena o llorar de ternura o enfadarme porque no quería hacer nada de todas esas cosas. Yo sólo quería hacer lo que se puede hacer con unas alas.

Yo no tengo alas pero no importa ¿ves? Puedo hacer todo lo que tú haces con alas. Hice un tímido intento: no, no puedes. Pero es normal; no tienes alas. Necesitas unas alas. Que no que no que no que no importa, saltaba por la habitación y tiraba confetti y canturreaba más alto, que no que no que no importa ¿ves? Lo mismo lo mismo. Hago lo mismo que tú haces con alas.

Y llorar ¿no? De ternura un poco. Tal vez con un poco de suerte se lastime sin mi voz al lado y diga, vaya, a lo mejor si necesito unas alas. Tal vez con mucha mala suerte salga indemne de todo esto.

Lo mismo que tú haces con alas lo mismo que tú haces con alas lo mismo que tú haces con alas. ¿Ves?

Lo mismo, condesciendo. Exactamente lo mismo. Y me pongo a dar saltitos ridículamente y acanturrear, tralalalá.

Y el confetti, sobre todo el confetti. El confetti triste de después de la fiesta que hay que barrer con la resaca, pienso luego, mientras sigo canturreando: exactamente lo mismo.



(Si miro a lo lejos todo encaja. Pero algunas piezas sueltas vistas solas, fuera de contexto, sin su marco, son feas. Pero feas feas.)