avistamiento
21D092014
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Ha sido apenas un instante,
algo fugaz como un orgasmo,
como una estrella a la que pedir deseos.
He sentido de nuevo ese arañazo en el corazón,
ese pellizco en el estómago,
esa caricia en el cerebro
que son las ganas
de comerte
el mundo,
y las ganas de escribir poemas
para que conste
el reverso
hermoso,
vital
e invisible
de las cosas.
Ha sido así,
como un encuentro casual y fortuito
de dos que se quieren
sin buscarse
y sentir la alegría del reencuentro,
solo que esta vez con el que uno se encuentra
es uno mismo,
y recordar los buenos ratos que se pasaron juntos,
y abrazarse un rato bueno para sentirse juntos,
y despedirse con promesas de hacer algo
que sepa a entusiasmo y huela a magia.
Me he vuelto a sentir en el centro de la vida, el tiempo que dura un estornudo. (Padre, hoy daría lo que fuese porque mi mano y mi mente sean capaces de sentir lo que una escribe y escribir lo que otra siente. —Padre, Teddy Bautista)
Me he vuelto a sentir en el centro de la vida, el tiempo que dura un estornudo. (Padre, hoy daría lo que fuese porque mi mano y mi mente sean capaces de sentir lo que una escribe y escribir lo que otra siente. —Padre, Teddy Bautista)