Insistir; aunque no se pueda, aunque no se deba. No dejar nunca de escribir, no dejar que nos gane la pereza. Escribir aunque lo que se escriba no merezca la pena. Escribir como actitud, como manera de salvarse de la opacidad del mundo, como tarea. No dejar ni un solo día sin haber mirado, aunque no se haya visto. Y en ese caso anotar esa ceguera, ese hartazgo y ese miedo.
Insistir; para no morirse, para no dormirse, para abrir ventanas al abismo. Escribir para que quede constancia aunque sea del vacío, del gran paréntesis en que consiste todo, de esta enfermedad mía tan vieja y de repente. De este de nuevo. De este siempre. De este todavía.
(Cosas que alguna vez escribí cerca del mar para no olvidarme, antes de las piedras defíciles)
no nos des pena que tenemos muchas. danos contento. que vueles feliz en pos de lo que amas y en ese vuelo crezcas por dentro
porque si no cuando dices amor no te creemos. no si vemos que vas perdiendo plumas que se destila un jugo triste de tus pasos y en la piel te salen granos de melancolía
y no te mientas más. que no te convenzan tus palabras. no le creas a la imagen del espejo que te dice amor cuando te mira con miedo. porque eso no es amor
eso es rendirse
pero en cualquier caso allá tú. haz como quieras. vive lo que hayas de vivir. pero no nos rindas cuentas. no busques nuestra aprobación y un consentimiento que ni está en nuestra mano dártelo ni te lo daríamos de poder hacerlo
no tienes derecho a atormentarte
pero haz lo que sientas porque en esta vida el camino hacia la luz está lleno de pasajes tenebrosos. avísanos si llegas al fondo del pozo. porque estuvimos allí. y sabemos sacarte. y no sabes qué alegría será saber que conservas la vida. y nos iremos de fiesta. como solías hacer. como sabías.
(José Hierro lo expresaba así: "Llegué por el dolor a la alegría, / supe por el dolor que el alma existe; / por el dolor, allá en mi reino triste / un misterioso sol amanecía...")
(créeme mi cielo: yo te llevo amando mucho más de lo que crees; porque es cierto que yo nací ese día en el que besé tu boca adolescente y que a ser dichoso yo contigo lo aprendí. Y, mi amor, si ves que alrededor todo se derrumba, recuérdales que dice Edu que el plus pal salón.)
13v032009 __________________________________________________ "Yo no sabía que no tenerte podía ser dulce como nombrarte para que vengas aunque no vengas y no haya sino tu ausencia tan dura como el golpe que me di en la cara pensando en vos."
-Juan Gelman, Poco se sabe-
Hay un reloj que no marca horas sino instantes una constelación que se dibuja en la bóveda celeste de los sueños uniendo las estrellas de las coincidencias una intuición de claridad meridiana algo parecido a la plenitud al ser sin atributos al espacio entre dos pulsos.
Pero no existen reglas para vivir ese ahora así que la razón se ve desorientada porque es imposible nadar en el desierto o volar en el agua o correr en el aire.
Porque desde tan dentro la vida es una asombrosa casualidad una probabilidad infinitésima un milagro cuyo idioma sólo puede decirse en el silencio un lugar inhóspito y salvaje donde no puede mantenerse en pie por mucho tiempo ninguna construcción que imaginemos un licor fuerte que sólo puede beberse a sorbos.
Y al final todo pasa y poco se sabe y mucho se siente.
Se llama ciencia y su saber se funda en hechos comprobados. Enuncian leyes que se cumplen siempre. Y en ese siempre, duerme la paz de la certeza y el filo oscuro de lo inevitable.
Fue Lavoisier el primero en comprobarlo, pero no importa el hombre, importa el hecho: en una reacción química la materia ni se crea ni se destruye, sino que sólo se transforma.
Y ahora es cuando sueño. Cuando me asombro.
Pues si me corto la mano y se la doy a comer a los perros la materia que conforma mi mano, que era mi mano
(piensa, párate un segundo a pensar, hablamos de una mano, piensa la cantidad de cosas que se hacen con la mano y párate cuando llegues a diez)
o sea, mi mano pasará a ser otra cosa, formará parte de otro ser, de varios seres, acabará siendo parte fundamental de algo que de no ser por mi mano no sería.
Así que esto que soy, este amasijo de vísceras y jugos, estos pelos, estos labios, este yo tan así, tan reconocible en el espejo, lo que vengo a llamar yo, vamos, está conformado por miríadas de porciones materiales que vete tú a saber de dónde vienen. Pero puedo aventurar que formaron parte de las bacterias de la caries de un tiranosaurio, de las puntas de los látigos que azotaron a los esclavos que construyeron las pirámides, del residuo sideral del cometa Halley, o de la superficie de la estrella Alfa de Centauro. Del tintero donde Cervantes mojaba la pluma con la que escribió el Quijote, del ombligo de Miss Universo 1946, del bigote de Hitler y de la bañera de Arquímedes, de regiones ignotas que jamás verán ojos humanos, de tiempos en los que no habrá memoria que pueda recordarlos.
Y cuando yo ya no esté, cuando aventen mis cenizas; seré aire y llegaré a conformar seres increíbles, elementos raros, gases nobles, adarmes de nada, partes de un todo.
Y es ese tipo de consciencia la que me tiene frito. El saber que eso es ciencia. Hecho probado.
-Qué va tio, qué va, no... Hoy no, ¿sabes? Hoy no es uno de esos días grises en los que todo sale mal. Yo esos días los dejé atrás ¿entiendes? Y por lo tanto: Quiero que te levantes de esa puta cama, y salgas a la calle porque el sol quiere verte, ¿entiendes?
Falsa alarma, La misiva. Amor propio.
(tengo que empeza a hacer acopio de estratagemas contra los peces de la astenia, para cuando se pongan gordos a nadar en mi cerebro)
Huele ya a primavera en las esquinas y empiezan a cuajar entre los árboles dormidos metáforas con flor con el retorno de la luz con las cosas que nacen con lo bueno que empieza.
Consciencia, actitud, coraje, paciencia, perseverancia y disciplina siguen siendo las palabras importantes.
Tengo previsto vivir tres mil doscientos años por lo menos y morirme no va a suponer ningún impedimento.
Sé surfear sobre las olas del tiempo y he aprendido a usar el temporal para henchir velas, pero si me hundo con barco y todo haré un estudio de la vida de los peces, desentrañaré las artes del buceo y me haré experto en el idioma de la algas.
Cualquier adversidad será oportunidad para aprender algo de la vida, para crecer por dentro hasta vivir tan anchos que ahogarse sea ya algo imposible.
Y seguiré rezando al dios agradecido de la buena suerte, y seguiré fielmente el credo de la religión del optimismo, sin cansarme nunca, inmune al desaliento.
(Parafraseando a Kase-O: "yo no soy un genio, pero sí soy un mago: pienso en como quiero vivir mi vida y lo hago".)
que crezcas mucho por dentro y no cambies nada por fuera que levantes orgullosa la cabeza y no pierdas de vista el horizonte que sonrías porque se ilumina el universo
y recuerda siempre que eres la parte de mí que más me gusta y que no hay amor más amor que el que te tengo
Miedo de lascas, sentimiento nefasto, piedra asquerosa. Miedo cabrón, cerdo podrido, grandísimo hijo de las mil putas. Miedo de miedo, caraculo, prepotente. Miedo de siete de la mañana, de días laborables, de atasco y oficina. Miedo de dios, miedo que apestas a detritus. Soga emocional. Araña terrible. Ciempiés.
Miedo sabedor de nada. Miedo helado. Sudor inútil. Miedo entretenido con tan poca maña, miedo burocrático, pancreático, linfático, sanguíneo. Miedo de insomnio, terror nocturno. Miedo ancestral. Miedo enquistado.
Miedo contador de mentiras, hacedor de guerras vanas, hoguera de odio. Miedo imbécil. Miedo que cercenas vidas. Que cortas alas. Que secas flores. Que te disfrazas.
Miedo de metal, miedo de alcohol de garrafón, drogas baratas. Miedo aturdidor. Miedo ruidoso. Miedo indecente.
Miedo reloj, horario, fiestas de guardar, peluquería, bar de moda, canción ligera, dominguero, empate a cuatro, copa de Europa, cláusula de rescisión, declaración de hacienda, papel pautado, terrorista.
Miedo cagón, miedo de mierda, escúchame bien; escúchame bien porque te lo voy a decir clarito: no me he olvidado de ti, me he olvidado de tenerte.
¿Qué vas a hacer ahora, verdurita?
(Anagramas con ATREVERSE: estar, ser, ver, restar, vetar, revés, saver, vesar, aser, atreverse a verse, ese, esa, versa, verse.)
"Eras el portador de la aventura, el huésped de lo insólito, titular de los trajines del milagro, depositario de las rúbricas del viento, capitán del azul inesperado, reinventor general de lo existente.
No importa que las costras de la vida sometieran tu heráldico penacho. No importa que tu enorme expectativa se hundiera en los sarcófagos bruñidos. No importa que tus manos siempre abiertas te las hayan cerrado con usuras. No importa que tus sueños para todos se volvieran un sueño para nadie.
Basta sencillamente que hayas sido lo que alguna vez fuiste: un hueco de tos joven en la cueva envejecida del mundo".
(a Óscar)
Roberto Juarroz, Décima poesía vertical (al terminar esa sensación que me causan los buenos poetas de que es a mí a quien hablan, como si yo hubiese sido Óscar en otra vida, y me hubiera reencarnado para acabar lo que es más mío, que aún sigo siendo el portador de la aventura, el huésped de lo insólito, el titular de los trajines del milagro, el depositario de las rúbricas del viento, el capitán azul de lo inesperado, el reinventor general de lo existente. Y ese dolor también es mi dolor y no es consuelo que baste. Porque dentro hay luz. Porque dentro todavía hay luz. Y yo aún estoy vivo.
Y hasta te lo dice el viejo de Coca-cola: has venido aquí para ser feliz. Qué jodido que ya se hayan convertido en mercancía hasta los productos del espíritu.)