(Mañana ha sido hoy tan de repente)

disminución de betaendorfinas en el plasma


13v032009
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"Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que
me di en la cara pensando en vos."

-Juan Gelman, Poco se sabe-


Hay un reloj que no marca horas sino instantes
una constelación que se dibuja
en la bóveda celeste de los sueños
uniendo las estrellas de las coincidencias
una intuición de claridad meridiana
algo parecido a la plenitud
al ser sin atributos
al espacio entre dos pulsos.

Pero no existen reglas para vivir ese ahora
así que la razón se ve desorientada
porque es imposible nadar en el desierto
o volar en el agua o correr en el aire.

Porque desde tan dentro la vida
es una asombrosa casualidad
una probabilidad infinitésima
un milagro
cuyo idioma sólo puede decirse en el silencio
un lugar inhóspito y salvaje donde no puede mantenerse en pie por mucho tiempo ninguna construcción que imaginemos
un licor fuerte que sólo puede beberse a sorbos.


Y al final todo pasa
y poco se sabe
y mucho se siente.






(la obsesión de comunicarme me envenena)

5 han querido poner más luz en esta calle

Blogger Carz, cual luciérnaga, añade que...

Quien se preocupa por el final finaliza desde el principio. No todo pasa, aunque sí que se sabe poco y mucho se siente.
Ah, y sí que se vuela en el agua, literalmente.

Un abrazo, que yo también ando bajo de betaendorfinas.

13/3/09 14:38  
Blogger L, cual luciérnaga, añade que...

Claros síntomas alérgicos

13/3/09 21:02  
Blogger cordelia, cual luciérnaga, añade que...

XII
Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.

XIII
Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo?
Deseaba un silencio perfecto.
Por eso hablo.

A. Pizarnik


Todavía no me he ido.

13/3/09 21:14  
Blogger UMA, cual luciérnaga, añade que...

Hace seis años que no uso reloj...
supongo que por esa hambruna mìa de vivir el instante, de no querer saber que pasarà dos segundos despuès de lo que sea.
Nada sè del futuro, Eduardo, tampoco quiero interesarme en el.
Que esa obsesiòn no te envenene, no hay nada mejor que comunicar-se.
Un abrazo desde mi cruz del sur.

14/3/09 17:59  
Blogger ybris, cual luciérnaga, añade que...

Preciosos instantes y su espacio comprendido.
No hay reglas ante lo no razonable.
Hay acasos, milagros, silencios:
la vida degustada a sorbos.

Eso es lo indagamos y sentimos.
Eso lo que comunicamos.

Un abrazo, amigo.

15/3/09 07:27  

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