Es decir atrearla, tomarla uno hacerse cargo, responsabilizarse, aceptarla, adquirirla crecer en realidad.
Claro que qué es real en estos días.
Claro que quién no miente. O aún peor. Quién no se miente y no lo sabe; por ejemplo esos tristes, esos rencorosos, esos enfermos de melancolía, ignorantes de realidad, heridos de nada.
(Las creencias se discuten. La realidad se impone.)
Qué lentamente transcurre todo lo que importa, qué paciencia hay que tener, cuánta paciencia.
Qué hermoso el puzzle, cuando se ha resuelto y al fin cobra sentido la imagen que ocultaba, fragmentada en porciones inconexas, absurdas las unas sin las otras, llenas de dobleces y de aristas.
Qué buen invento las gafas de mirar de lejos.
Qué satisfacción acabar sin tachón el crucigrama, sin haber tenido que mirar las soluciones.