(Mañana ha sido hoy tan de repente)

los martes seré mi cita


30m032010
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APOLOGÍA DE LAS FORMAS IRREGULARES


El constructor se niega a poner en la casa
una ventana en forma de trapecio,
nacida de las ondas, del tejado en un ángulo,
lo mismo que una venus transparente y abstracta.
Él pretende acotar catorce nubes,
someter las estrellas a cuadrado.
Quiere lo regular, lo previsible.
Yo discuto con él. Súbitamente
mi corazón redacta una apología de las formas irregulares.
Pero no la pronuncio.
No le recuerdo aquel dodecaedro
salvaje que nos mira cada vez
que nos enamoramos. Ni le digo que estoy
leyendo aquel cuaderno que Nijinski
llenó en 1929
con sus últimas notas antes de la locura.
Ni siquiera lo cito. ¿Qué autoridad podría
tener Nijinski sobre un constructor?
Nijinski dice: mi mujer no entiende
mi belleza,
porque no tengo rasgos regulares.
Los rasgos regulares no son propios de Dios.
Yo amo todas las formas y toda la belleza.

Ante un constructor
no cito estos hermosos argumentos
en favor de las formas
irregulares. Guardo
su rara congruencia
para los que comprenden un poema. Tampoco
pierdo el tiempo diciéndole
que mi corazón es irregular.

JUAN ANTONIO GONZÁLEZ IGLESIAS, Un ángulo me basta, Ed. Visor, madrid 2002, págs. 39-40



(anda llenándose de metáforas todo. tal vez sea que llega abril, con la misma promesa de siempre en el horizonte)

3 han querido poner más luz en esta calle

Blogger Laluz, cual luciérnaga, añade que...

En lo irregular está lo hermoso. La linealidad me aburre. Soberanamente vaya.

Qué bueno que volviste.

30/3/10 20:59  
Blogger ybris, cual luciérnaga, añade que...

No conocía este poema de González Iglesias y me ha sonado diferente a los que ya había leído de él.
Quizás por esa alabanza de la irregularidad de la que se confiesa poseído.
Y es que la siemetría acaba cansando.

Abrazos.

31/3/10 06:45  
Blogger Humo, cual luciérnaga, añade que...

Abril...
Ni que lo digas...

2/4/10 19:58  

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