vienen los rinocerontes y me preguntan qué es de mi vida
15m122009
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Fue alumbrado en 1971 en Badalona como podía haber nacido en Burkina Fasso en 1914, en el Tokio del período Edo o en un arrabal obrero de Cabo Verde mañana mismo de modo absolutamente casual y contingente. Hijo de padre riojano y madre vasca, fue a vivir a un pueblo de la periferia de Madrid siendo aún un niño y acabó creciendo sin raíces, lo que le llevó desde que recuerda a refugiarse en el país de las palabras, única patria que reconoce suya. Nació con una dolencia incurable y no diagnosticada que consiste fundamentalmente en soñar al despertarse y notar el mundo raro en los períodos de vigilia. Tardó mucho tiempo en darse cuenta de que el resto del mundo no percibe la realidad de igual manera, pero no está aún muy convencido de ser él el equivocado y tiene bastante asumido el ser un bicho raro. Así que se dedica a anotar esos sueños por si acaso. Tal vez hay por ahí unos cuantos tipos que están también enfermos de lo mismo.
(A veces me pregunto si los demás no ven en mí un loco peligroso. Este mundo es hostil para los soñadores.)
Se le ocurrió a Edu Solano Lumbreras a eso de las 12:48 un día de demasiado ruido
6 han querido poner más luz en esta calle
Enfermo también del mismo exilio o de idéntica falta de otra patria, me apunto al club de los bichos raros.
Y me da lo mismo quién sea el equivocado.
En el fondo sólo habitamos la parte de razón que nos asiste y que nos basta por la inmensidad de la emoción que nos provoca.
Abrazos.
¡Felicidades por haber nacido!
¡Me alegro mucho de que estés por aquí!
Y si preguntas por mí, ¡me estoy quitando las legañas!, gracias.
Y alguien tan especial, con esa enfermedad incurable no diagnosticada, pero tan maravillosa, por qué hubo un tiempo que tuve la sensación -quizás errónea- de que se asustaba de alguien "normal" ("la normalidad" y "la rareza", aunque no tengo nada claro qué es la rarece -pero dejémoslo como diferencia- pueden convivir en muchas líneas, algunas paralelas, pero otras convergentes).
Feliz Navidad, Eduardo
De alguien que quizás nació con la hiperdiagnosticada "normalidad"
Creo que somos legión. Aunque no lo parezca.
Todo el mundo cree ser diferente. Un poco mejor a los demás: porque yo sueño y los demás no, porque yo gano más que la mayoría, porque yo soy más listo, más espiritual… Todos somos gente, de eso no escapa nadie.
felicidades E.
casi somos del mismo día, aunque nos separen unos años.
besos polares
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