se me constipan los poemas de no relacionarme

07l122009
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(Me recuerda aquella escena de Vive como quieras de Frank Capra. Vino de visita y acabó quedándose a vivir para crear sus propios fuegos de artificio. Y recogió a todos los que se encontró por sus rincones en la muchedumbre de su abrazo. Vino como quien pretende ver el Hermitage en hora y media y tardó en comprender que esto era un mar que hay que navegarse. Pobló la Ciudad de Sol hace cuatro años y ha sido quien más ha paseado activamente por todas sus esquinas. Su vacío se fue llenando igual que el mío y vio abrirse flores en sus propios jardines. Es de la casta de los nobles y tiene el savoir faire de la vieja escuela. Tiene un corazón de héroe, la constancia de un guerrero y los ojos limpios del que bebe el agua diáfana de la sinceridad para aplacar la sed cuando resulta que toca atravesar desiertos.

Me sostiene el corazón cuando flaqueo.
Me calienta los pies cuando están fríos.
Y todo esto tan sólo por mirar y comprenderle
y echar de menos el transcurrir como personas.)


Quien mira lo comprende


Venía de tan lejos... De esa franja
estrecha que confunde el horizonte
con el océano inmenso de los sueños.
Vine para marcharme, pero dudé
y al vacilar perdí el último tren
que me llevaba otra vez a mi refugio.
La culpa es tuya por hablar tan hondo
y distraerme. Y ahora ya lo ves:
Me quedé un poco más y he acumulado
traición y error a la palabra dada.
Encima he roto mi silencio
y no he tenido más remedio
que dedicar la noche a recoger los trozos.
Ahora estoy herido en la estación vacía.
Muchas gracias (Echaba algo de menos sentir el corazón)
posted by ybris at 6:46 AM





(No me culpes a mí de que la vida estalle por todas las esquinas, supure en cada franja, resbale en cada grieta; ni de que me fije, ni de que tenga por fuerza que contarlo, ni de que trate con ahínco de llevar a cabo mi vocación de plenitud, porque a lo peor después no hay juicios ni parcas y sea sólo este el breve tiempo el que los dioses nos hayan concedido.

Y gracias a ti por conservar aún el corazón en estos tiempos donde la gente lo guarda (en el mejor de los casos) para rumiarlo a solas.

Y que no soy quien para que faltes a la palabra dada, y menos, si lo hiciste con sentido, pero vamos, que me intriga ese raro y agudo dolor con el que la existencia nos fustiga de vez en vez a los sensibles, nos nubla la voz y los sentidos y nos lleva de forma incomprensible

a prometer sandeces



)