los martes seré mi cita
06m102009
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EL ARMA CARGADA
La poesía hace sitio a la nube del tiempo,
relampaguea como si todo abarcase,
se convierte en un salto, en un grito,
en un anillo absorto, en esperanza.
Cuando parte en silencio la luz de algún poema,
la poesía es un viento con origen,
un sedal desatado,
la corriente rizada y fragorosa,
la lata de cerveza donde se prueba el tiro.
Y no sé si costumbre o cambio de costumbre,
si revés o si cara, si moneda del día.
Su certeza es la misma que nimba cada cosa.
Yo no sé qué hace falta para ser necesario."
-Luis Muñoz-
Es así sólo que no exactamente. Es casi así. Es casi eso.
Pero yo no sé si sirvo para esto.
Los días buenos dudo.
Los malos un rotundo no me martillea la cabeza.
Porque yo tenía muchas ganas de ser poeta.
(y los paréntesis últimamente son tan largos)
4 han querido poner más luz en esta calle
y unas ganas locas de ser poesía
(P.S. autocrítico que me parece muy simpático: "¿Cuál es el colmo de lo patético? Que un blogero se comente a sí mismo". Pues eso.)
Sos poeta y sos poesía, de eso no cabe duda, lo sos con tu palabra taladrante y con tu papiroflexia, lo sos con tu defensa de la alegria que siempre me dona un Benedetti y hoy te la regalo a vos.
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Con vos, yo.
De la negación a la duda y viceversa no es mal ámbito para sentirnos poetas o poesía.
La longitud de los paréntesis no importa. Ni siquiera que seamos nosotros los primeros que nos comentemos.
Hasta callado seguirás siendo poesía de un poeta.
Abrazos.
Eres poeta aunque lo quieras evitar, disimular o ignorar.
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