(Mañana ha sido hoy tan de repente)

ya planté un libro, a escribir un árbol


07m042009
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(c) Riki Blanco


Algunos libros infantiles contienen ilustraciones asombrosas.
Yo tengo un secreto hermoso.
Una semilla de semilla
que nace un poco.




(No sé por qué tienen tanto glamour los buscadores de tesoros; a mí siempre me parecieron más interesantes los que los esconden.)

4 han querido poner más luz en esta calle

Blogger UMA, cual luciérnaga, añade que...

Es verdad, pero no puedo evitar sentirme feliz al encontrar tesoros...Acaso no tiene tambièn su maravilla ese pequeño brote que vemos en la mañana? Tiene sabor a milagro.
Eso si, si hay que escribir un libro, plantar un àrbol, tener un hijo, para sentirse pleno, la vida serìa una absurdidad.
La vida bella sigue estando en las sutilidades que muchas veces escondes.
Un abrazo, Edu.

Pd: es increìble y hasta vergonzoso! lo que puedo decir estando aùn dormida:))

7/4/09 13:14  
Blogger Elendaewen, cual luciérnaga, añade que...

Me gusta la última reflexión...
Ya ves los frutos de tu plantación, me encanta morderlos al leerte.

Saludos.

9/4/09 13:11  
Blogger Diang Lugo, cual luciérnaga, añade que...

Lo más importante es no perder nunca la imaginación y los deseos de lograr las cosas..

Los libros son sinceramente el mejor camino a la sabiduría y al intelecto...

11/4/09 00:54  
Blogger ybris, cual luciérnaga, añade que...

Yo una vez escribí en un árbol mi nombre junto al de dos amigos. Cuando murió el primero de los tres regresé al lugar pero el árbol ya no estaba.
Me consuela pensar que si yo marcho el primero de los dos que quedamos quizás el último -que no sabe los del árbol- busque a los otros dos, aunque sea en vano.
El tesoro que escondimos sobrevivirá al lugar en que lo hicimos. Quizás porque el tesoro consistía en esa búsqueda.
Debe de ser esa semilla de semilla de la que hablas.

Un abrazo.

12/4/09 05:21  

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