sin estetas no hay paraíso

07d092008
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Hoy me he levantado sin ti pero contigo, todo lo que tengo te trae a mi recuerdo, me rodean las cosas que son nuestras, del nosotros que ayer te prometía y hoy construimos.

69 mil besos me parecen pocos para darte hoy los buenos días, para traerte desde el sueño hasta la vida de la mano, para hacerte sentir que estás aquí a mi lado hecha de cosas invisibles que son lluvia generosa que hace crecer las flores del jardín amor que te profeso.

No son ya los muebles, el contexto que entre tú y yo hemos elegido, el sillón donde pactamos con el azar una tregua para arrancarnos del hastío o la cama donde abrimos la fruta del deseo para extraer su pulpa y devorarla. Es tu presencia viva en mí, lo que soy por ti, la parte que me aportas. Y por eso ayer me preguntaban; porque te saben parte de lo mío, porque reconocen en mí el brillo de los ojos, la pincelada de luz que tú has dejado impresa en mi mirada. Y así también tú eres ellos de algún modo, porque tú permaneces en todos los rincones donde has querido alguna vez dejar tu huella.

No estás aquí pero no me faltas.
Porque eres mi tú,
y soy tú yo,
y soy tuyo.



(Perdí con pitos cuatros el órdago que cerraba la partida. Y hubo un momento de luz en ese instante. Y el que me regaló el paisaje de la foto también me dio el título con el que hoy enmarco la voz con la que hablo. Y en el fondo no sé bien si hay que ser especial para mirar con ojos especiales.)