(Mañana ha sido hoy tan de repente)

Salsa agridulce sin ningún sentido


18l062007
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Y yo no sé por qué extraña razón sigo llevando tanta tristeza en los bolsillos de la que no puedo o no sé desprenderme. Una tristeza sin motivo. Una tristeza honda y sin por qués. Una tristeza sin más hecha de agua y sal e hilos o hebras o halgo que hempiza por hache y es muy triste. Una tristeza tonta y huérfana y que no siento ni mía ni prestada. Pero una tristeza que está ahí y que me conmueve y que cuando menos quiero me sube al labio y me lo hiere y me moja la sonrisa y las palabras. Una tristeza que me confunde y me equivoca. Una tristeza otoñal en esta primavera que se acaba con flores en su pelo. Tan hermosa. Tan con sol cuando lo pido.

La tristeza me ama y me persigue. La tristeza pobre y despechada que se resiste a creer que no la ame. La tristeza, tú, tristeza, una tristeza.

La tristeza que asumo y que soporto.
La tristeza que no sé por qué extraña razón sigo llevando en los bolsillos.






(Porque cuando haya besos habrá besos y serán así.
Tan de verdad.
Que tal vez lo que pasa es que no quiero (no quiero) que seas mía; quiero que seas tuya y te me entregues.)


6 han querido poner más luz en esta calle

Anonymous Anónimo, cual luciérnaga, añade que...

Ocurrió en una ciudad pequeña como un grano de azúcar. Era verano, o lo parecía, y la música de los bares gritaba en las ruidosas avenidas como si el mundo todavía fuera verdad…Por aquel entonces, tú preguntabas insistentemente "porqué", y con la misma perserverancia yo respondía "porqué no", y me disfrazaba de hombreorquesta, y te hablaba del sueño americano, y te contaba historias de una ciudad más pequeña que un grano de azúcar, casi tan pequeña como tú y como yo...
Aquellos atardeceres eran tan tristes como el vuelo de una gaviota sobre una playa cubierta de alquitrán… tan tristes como escuchar tu voz suplicándole al teléfono que no nos olvidase, aunque olvidar fuese más fácil que la muerte y menos absurdo que el recuerdo.. así de tristes eran…
Cuando aquel verano llegó a su fin y todos dormían el sueño de tanta fiesta, el tipo aquel del desguace encontró entre la chatarra nuestros corazones recién abandonados…

...y claro, sí, siempre, que encuentres, por fin, el mejor de los días ;-)

18/6/07 00:40  
Anonymous Anónimo, cual luciérnaga, añade que...

Tristeza, sí; infinita, tal vez. No la soporte, escúchela, ella recita canciones, ama, e incluso consuela. Y si le regala de vez en cuando un beso, lo llevará a su jardín, que resulta no estar tan marchito.
Porque los que desterraron a la Tristeza olvidaron decir que tiene los colores del arcoiris guardados en los bolsillos.

Un placer leerle, y un saludo desde donde ya sabe que siempre será bienvenido.

18/6/07 05:14  
Blogger ybris, cual luciérnaga, añade que...

Hace ya mucho tiempo un amigo desaparecido me dijo -cuando yo era triste- que había dos tristezas, la tristeza del arlequín y la tristeza de los tristes.
La del arlequín no la entendí, pero la de los tristes, sí.
Y es que a veces viene tan bien como la humedad sobre el suelo reseco.

Un abrazo.

18/6/07 09:39  
Anonymous Anónimo, cual luciérnaga, añade que...

"triste eres menos triste, quédate triste"

18/6/07 11:46  
Blogger :..., cual luciérnaga, añade que...

mezclada con canicas y botones, y flores de papel, mezclada con manchas de boligrafo, y agujeros, mezclada con alegria anda la tristeza de los bolsillos, solo que uno tiene que mirar la otra cara del cromo. Claro que hay a quien le gusta tejer tristeza, no solo incluirla en el tejido final de la alegria como un remate que haga resaltar la luz de lo demas.
lo peor es instalarse en la triteza en lugar de trepar por su andamio y derribarlo. hipnotizado por la belleza de la tristeza, como si de mirar un elemento puro se tratara, cuando la tristeza es una parte, no es fuego o mar o cielo, cuando la tristeza no se come. La real tristeza taladra los referentes y aunque la imaginacion sea lo unico real en la vida, no hay imaginacion sin referentes. de esa locura huyo. cuidado con la tristeza, no avisa y mata la alegria de disfrutar las complicidades pequenhas, de las que estan hechas los dias. tristeza ombligo laberinto un segundo te quiero, luego vete.
mansa tristeza acude a reajustar reacciones

18/6/07 16:02  
Blogger Carz, cual luciérnaga, añade que...

Para no llevar tristeza en los bolsillos la mejor solución es carecer de bolsillos.

18/6/07 23:22  

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