(Mañana ha sido hoy tan de repente)

T4, tocado


30S122006
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Dicen que han puesto una bomba en el aparcamiento de la T4, que ha habido seis heridos leves. Que sólo ha habido seis heridos leves y que no hay que lamentar pérdidas humanas. Mierda.

Iba a utilizar el sarcasmo. Pero no me hace bien. Las implicaciones profundas de esta bomba son mucho más dañinas de lo que jamás leeremos en los periódicos y de lo que nunca veremos en televisión. Ahora veremos más que nunca gritar a los crispados, insultar y ridiculizar y utilizar electoralmente este acto para dinamitar aún más el sentir general y sembrar desconfianza en el diálogo como único camino posible para el entendimiento. Actuará de altavoz de voces emponzoñadas de miedo. Nos llenará de nuevo de ruido y seguiremos sin tener paz. Y es horroroso vivir en una sociedad que prefiere tener razón a tener paz. Es inhumano.

Amo la tierra vasca desde niño, y mal que le pese a cualquiera, con mi dicción de maqueto, sangre de vascos corre por mis venas. Lo cual no significa absolutamente nada. Es pura contingencia. Pero esa contingencia me ha hecho vivir el conflicto del nacionalismo vasco desde una perspectiva vital diferente. Por esta época solía pasear por las calles del casco antiguo de Bilbao, entre pintadas en las paredes, y siempre tuve encuentros agradables con la gente de allí. Una vez me metí en un local que tenía una pintada: "Fuera de las leyes de los hombres". Yo era un adolescente ingenuo y aquello me pareció encantadoramente anarquista. Así que entré, y me enteré que era del Kolektibo de lesbianas de bizkaia. De nosotros los hombres. Se rieron mucho conmigo y estuvimos tomando zuritos, hablando de música, compartiendo un tiempo, echando unas risas. Luego volvía a casa de mi abuelo, católico, excombatiente nacional de la guerra civil, machista, inteligente, creativo, amable, detallista. Persona. Él me preguntaba dónde había ido y yo le decía por el casco viejo. Y no le contaba nada más.

Creo que le damos demasiado valor a las ideas. Las ideas sólo conforman una ideología. Y cuando las ideas empiezan a pesar tanto que alguien es capaz de matar por ellas, es que algo no funciona. No existe diálogo entre hombres injustos. No se puede dialogar cuando no se está dispuesto a escuchar ni a cambiar las propias ideas, cuando esas ideas además el individuo las ha convertido en sus principios, y no piensa dejar de ser ni por asomo una persona de principios. Es una cuestión religiosa. No vamos a poder entendernos nunca. Nunca. Así, nunca.

Hace ya muchos años conocí a una polaca que estudiaba psicología en Varsovia. Tenía una asignatura que era psicopatología de los pueblos. Que hay enfermedades que afectan a toda una comunidad, y como ejemplo práctico ella había tenido que hacer un trabajo sobre ETA y el País Vasco. Sociedades enfermas. Todavía no había pasado lo de Miguel Ángel Blanco. Aquella noche aciaga de 1996, hace ya diez años, el conflicto se nacionalizó. Desde entonces, el conflicto traspasó las fronteras y se extendió como un miasma a todo el panorama nacional. Ahora ya es imposible.

Estamos enfermos. Lesos. Heridos y contusos.

Hoy han puesto una bomba en muchos corazones que deseábamos la paz. Hoy hay que lamentar la pérdida de muchas ilusiones. Esta bomba de hoy ha matado a millones de personas con el pensamiento. De eso no hablarán los periódicos.

Y a los políticos del PP nadie les acusará de incitación a la violencia, nadie les dirá ustedes, tocapelotas de los cojones, enfermos sociales, con su empeño absurdo y ridículo de mantener sus principios y no querer pagar precio político y hablar desde la herida y aún peor, haciendo suya una herida que a veces ni siquiera es suya sino por empatía malentendida con los que creen de su grey, ustedes los crispados son tan nocivos y tan responsables como los terroristas. Porque ustedes son su razón. Sus principios. Y no están dispuestos a pagar un precio político, ni a que les tomen por memos, ni por asesinos. Aunque lo sean. Aunque efectivamente lo sean, y les acorralen con sus razones sin dejarles una salida. Enhorabuena. Acaban ustedes de ganarse el voto de otros cienmil borregos.





(¿Y ahora qué hacemos, loco, y ahora qué hacemos?)

2 han querido poner más luz en esta calle

Blogger libertad, cual luciérnaga, añade que...

Qué razón tienes!, qúé razón tienes. Y ahora qué podemos hacer todos los ciudadanos que anhelamos la paz, que sabíamos que esta era una oportunidad vital, que era el momento político, el momento propicio para un clima de diálogo por diversas razones, que era, que había que claudicar en algunas ideas, pero que merecía la pena, que valía la pena el esfuerzo. Desde las diez de la mañana ando taciturna, triste, desasogada, desilusianada...lo consiguieron, lo consiguieron...Gracias por abrir a la luz este post de hoy.

30/12/06 14:19  
Blogger ybris, cual luciérnaga, añade que...

Éste se me pasó, pero no me callaré.
Porque siempre he creído que aunque quizás haya diálogos que se rompan jamás se romperá la superioridad de la palabra sobre la violencia.
Y jamás nadie podrá cambiar que el fin de la violencia está en la palabra, aunque sea monólogo.
Lo terrible de todo esto es que hay gente que, mientras condena la violencia porque dice que se puede defender democráticamente cualquier idea política tratan de impedir cualquier manifestación de esas ideas políticas.
Ya antes de que ETA matara a Carrero Blanco yo creía que lo importante eran las personas y no las patrias y sigo pensando que si alguna vez me preguntaran por la autodeterminación o por la independencia de cualquier región que lo deseara mayoritariamente contarían con mi voto favorable.
Así que ahora sigo creyendo en que estamos condenados al diálogo y que todo lo demás es un modo de sacarse la espina que nunca terminará con el uso de ninguna fuerza de ningún lado.

Abrazos.

8/1/07 07:39  

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