(Mañana ha sido hoy tan de repente)

Kyon Kynos, súbdito chino


11D062006
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Como bronce hueco, si se instalara en mi interior una aldaba, o quizá un badajo, al zarandearme retumbaría todo con la sonoridad sacra de las campanas de las más altas torres. Nada queda ya dentro de mí, salvo el hueco en sí, el hondo y misterioso vacío dador de paz que surge de haber eliminado todo lo superfluo.

Apenas nada es lo que tomo de alimento y nada es en lo que consiste la alegría. Sólo los signos sobrios logran conmoverme, sólo los gestos simples tienen para mí algún sentido.

Qué más decir; que moro en un tonel, que visto harapos —aunque mejor haría en vivir desnudo—, que llevo una linterna encendida en pleno día, que transcurro como un perro, que busco un ser humano... y que lo único que requiero del emperador es que se aparte un poco así, que se eche a un lado, que no me tape el sol que calienta mis huesos.




1 han querido poner más luz en esta calle

Blogger ybris, cual luciérnaga, añade que...

Habrá que recuperar el sentido original de los cínicos y esa absoluta libertad de decir y ser lo que se piensa para encontrarnos.
Te sienta bien ese papel de Diógenes que sólo reclama un rayo de sol que te caliente.
Quizás baste ese hueco que sirva para dar la paz.

Abrazos.

12/6/06 03:54  

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