(Mañana ha sido hoy tan de repente)

mejor no lo pienso


05D032006
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Siempre acaba matándome la impaciencia, se me reduce a su mínima expresión el entusiasmo cuando no hallo nada después de haber lanzado mi corazón en pos de algo más hondo. Pasan las horas sin que haya juego y entonces el aire trae como jirones de miedo.

Si lo pienso me odio. Por volcarme tanto y sentirme expuesto y sin respuestas. Por haber querido subir de cien en cien los escalones para llegar antes a la cima y en la cima acabar solo con cara de idiota porque nadie sube los escalones de cien en cien salvo uno que mira.

Si lo pienso me odio y casi siempre tengo mucho tiempo para pensarlo.



Y para subir escalones.




6 han querido poner más luz en esta calle

Blogger ybris, cual luciérnaga, añade que...

¡Cómo te comprendo! Acabo de llegar de lejanías sin conexión a Internet y lo primero que hago es leerte. No te odies. Hay vidas que se justifican incluso sin respuestas porque con solo volcarse ya son plenas. Con sólo llegar a la neta el primero conseguimos que la vida no nos coja por sorpresa. Los de alma de caracol vamos subiendo los escalones de uno en uno.
Llegaremos. No lo dudes. Y es seguro que ya estarás allí.
Lo cual no es pequeño consuelo.
Gracias y un fuerte abrazo.

5/3/06 19:20  
Blogger Holden, cual luciérnaga, añade que...

los que no se vuelcan
los que no se sienten expuestos
los que están sin preguntas
esos no sé si se odian, pero en su trabajada tranquilidad, envidian a los uno que miran... no cambies. ni un poquito.

5/3/06 20:15  
Anonymous Anónimo, cual luciérnaga, añade que...

Es la ffalta de oxígeno, allá en lo alto, de correr demasiado, de querer llegar pronto para comprobar que luego te has perdido un bonito camino dirección esa cima...

...en uno de esos escalones, aún estoy yo, que igualmente quiero subir deprisa pero una cadena me ata al valle del sufrimiento.

5/3/06 20:57  
Anonymous Anónimo, cual luciérnaga, añade que...

Todos tenemos esa sensación de subir demasiados escalones de golpe, el problema es que ignoramos que, mientras nosotros los subimos de 100 en 100, hay gente que lo hace de 50 en 50, de 200 en 200..Incluso hay gente que no llega a la cima nunca..

Un abrazo

5/3/06 21:44  
Blogger Ogh, cual luciérnaga, añade que...

Me has dejado con la duda de si es mejor odiarse a uno mismo u odiar a los demas. Yo estoy contigo. Pero a veces me pregunto si no tenemos un minimo de derecho a reprochar a los demas su falta de impetu a la hora de subir escalones. Ojala existieran los latidos sincronizados. Ojala se encontraran uno con otro y vivieran en armonia por siempre

6/3/06 00:00  
Blogger Edu Solano Lumbreras, cual luciérnaga, añade que...

Ybris: No me odio. ¿Pero sabes qué? Lo mismo cuando lleguéis los de alma de caracol yo ya me he ido. Cansado de esperar.

Holden: Ese es el problema, que yo no soy nadie "especial". Cualquiera puede ser uno que mira. Y yo no qiero ser envidiado. Sólo tener alguien con quien jugar. Y me temo que cambiaré, pero espero hacerlo a mejor. Un beso.

Insana: No me pierdo nada, Insana. Sao cuentas del recorrido aunque no creas. Y quisiera hacer algo para ayudarte con esas cadenas... Si se te ocurre algo, silba.

Nhita:No todos tenemos esa sensación. Pero quizá los que sí la tenemos deberíamos hacer algo para sincronizarnos. Más en la línea de lo que dice

Gasterópodo: ¿Sabes que yo también me lo pregunto? Lo que pasa es que el reproche es un arma de doble filo. Y no sé regañar. Encuentro gente que se pone a la defensiva, que se excusa... Así que me la envaino. Les comprendo, les tolero, les perdono. Y me voy con la música a otra parte. Y no es condescendencia. Es la tristeza de siempre: tener tanto que dar y tan pocos que quieran recibir.

6/3/06 11:46  

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